¿Cómo hacer que funcione una relación a distancia?
Olga Córdoba
A pesar de las dificultades, esta circunstancia puede fortalecer a la pareja. Aceptar la situación, usar sabiamente la tecnología y mimar los detalles nos puede ayudar a conseguirlo.
Malena, una atractiva mujer de unos cuarenta años, llegó a mi consulta buscando apoyo psicológico. Hacía poco que, pese a amar profundamente a su pareja, había roto con él después de un año de relación.
Maurizio era italiano y estaba en España haciendo una formación relacionada con su trabajo. Desde el primer momento, le dejó claro que cuando terminara el curso, debía volver a Italia donde tenía un negocio familiar que dependía de él. En principio, esto no les supuso ningún impedimento: pasaron un año muy feliz, se entendían estupendamente y estaban encantados de haberse encontrado. Solo a veces les preocupaba la idea de que la relación tuviese “fecha de caducidad”.
Pensar en la fecha de partida puede aportar intensidad a un idilio, pero también cierto desánimo y discusiones.
Cuando llegó el final del curso, Maurizio le propuso que se fuera a vivir con él a Italia, incluso hablaron de un posible proyecto de familia juntos, porque Malena había expresado deseos de ser madre. Pero ella tenía muchas dudas: le parecía muy arriesgado dejar su trabajo y empezar de cero. Además, creía que llevaban muy poco tiempo de relación para tomar una decisión tan trascendental y no se sentía preparada.
Finalmente, a pesar del amor y, especialmente, del dolor que le producía tomar esa decisión, optó por separase de Maurizio. Pensaba que le resultaría imposible mantener una relación con tantos kilómetros de por medio.
Sin embargo, dos meses después, seguía sintiéndose mal. Exploramos algunos aspectos de su relación amorosa, la dinámica de la pareja, qué se aportaban… Al escucharse relatar su propia historia de amor, Malena reaccionó: “Me doy cuenta de que nunca había querido así a nadie ni me había sentido tan plena. Creo que voy a llamar a Maurizio y proponerle que intentemos seguir adelante aunque sea a distancia”.
Ventajas e inconvenientes de las relaciones a distancia
Situaciones como la de Maurizio y Malena son muy frecuentes hoy en día. Las crisis y la globalización económica hacen que muchas personas se desplacen por motivos de trabajo o estudios.
La mejora de los medios de comunicación y transporte favorecen los encuentros entre personas que viven en lugares muy alejados, y nos permiten un contacto cotidiano a pesar de la distancia, lo que ayuda a mantener y alimentar este tipo de relaciones, que ya no están abocadas al fracaso.
Una relación a distancia puede iniciarse de diferentes formas. El caso de dos personas que se han conocido online y que viven separadas desde el principio es muy distinto del de dos personas que conviven y tienen que distanciarse por motivos ajenos a su voluntad. Sin embargo, a menudo enfrentan las mismas dificultades:
- En un primer momento, los dos miembros de la pareja pueden sentirse inseguros, tener dudas y miedos razonables acerca de la posibilidad real de mantener a flote la relación.
- Es importante tener un alto grado de autonomía y seguridad en uno mismo porque, en la distancia, es más difícil que la pareja pueda suplir aspectos emocionales que, de todos modos, pertenecen a la propia persona. El "tiempo extra" que aporta la separación puede aprovecharse para el desarrollo personal.
- Otro riesgo que comporta la distancia es que se instalen sentimientos de desconfianza o celos que harán más complicado llevar adelante la relación. Aceptar la situación, ser sinceros y, especialmente, tener confianza en el otro son bases fundamentales para que esta pueda crecer y vivirse de manera satisfactoria.
Forjar un vínculo amoroso sólido será imprescindible para superar los momentos más bajos de la relación.
Sin embargo, las relaciones a distancia también tienen sus ventajas.
- No poder compartir las cosas cotidianas, ni tocarse, ni besarse hace que el deseo por el otro aumente, y los reencuentros son, generalmente, intensos y emotivos. Esto contribuye a mantener viva la pasión, alimenta el deseo y la ilusión.
- Por otra parte, la falta de convivencia favorece la idealización del otro porque, al no tener el contrapunto de la cotidianidad, esos huecos tienden a llenarse con imaginación y fantasía. Todos estos elementos hacen que en las relaciones a distancia se prolongue la fase del enamoramiento, un estado placentero que no termina de decaer por las interrupciones de las separaciones. Cada encuentro vuelve a generar la eclosión de sentimientos y deseos por la otra persona.
Cómo cuidar el amor en la distancia
Las parejas que se ven obligadas a vivir separadas no están necesariamente destinadas a fracasar; incluso algunas deciden libremente mantener la relación a distancia y son felices. Esta decisión puede ayudar a desarrollar mayor intimidad y complicidad; para conseguirlo, estas son algunas de las claves:
Acepta la situación
Tenéis que vivir alejados y posiblemente en algunos momentos sentiréis cierto sabor agridulce con esa realidad. Procura no dejarte arrastrar por la tristeza y la melancolía e ilusiónate con una fecha aproximada de reencuentro.
Conserva un equilibrio
Es importante pactar los encuentros y turnarse para que ninguno sienta que es quien pone todo el esfuerzo para verse.
Aprovecha las ventajas
Al vivir separados, dispones de más tiempo para ti, para cultivar tus amistades y descubrir nuevos intereses… Mantente activo y llénate de energía haciendo las actividades que más te gustan; de este modo, cuando os veáis, tendréis más cosas que compartir.
No te obsesiones
De pronto, tu vida gira alrededor de esa persona, de si te ha escrito o no, si viene o vas a verle, si se conecta… Si notas cierto desinterés en tus amigos, familiares o compañeros cuando hables de tu pareja, no te molestes ni te enfades. Para ellos no es el eje central de sus vidas y, a veces, te pueden ver un poco obsesionado.
Disfruta de cada minuto
Tenéis poco tiempo para compartir y no vais a perderlo en discusiones o malos entendidos. Aprovechadlo para hacer todas esas cosas que en la distancia tanto añoráis.
Actúa con sinceridad
Cuando hables con tu pareja, no le ocultes tu verdadero estado de ánimo ni intentes esconder si estás disgustado por algo. Al contrario, háblale de cómo te sientes en realidad, con total libertad para que pueda compartir contigo tus vivencias del día a día. Es imprescindible mantener una buena y franca comunicación.
Asume que habrá imprevistos
Hoy en día resulta muy fácil mantener una comunicación fluida gracias a Skype, WhatsApp, el correo electrónico… La frecuencia con que os conectéis debe ser pactada, pero ten en cuenta que a tu pareja puede un día resultarle imposible conectarse a la hora acostumbrada, o enviar ese mensaje que acostumbra a mandarte. ¡No pienses que eso significa que ha dejado de quererte!
Busca la sorpresa
Un pequeño regalo inesperado que recibes por correo, una carta de amor escrita al más puro estilo romántico, un poema que encuentras cuando abres tu correo por la mañana, un WhatsApp con un te quiero… Cualquier detalle, por nimio que sea, mantiene más vivo el romance.
Poneos una meta
Ayuda mucho, cuando es posible, ver una meta que marque el fin definitivo de la separación. Establecer una fecha no excesivamente lejana os permitirá sentir a los dos que el esfuerzo está mereciendo la pena.